miércoles, 3 de octubre de 2012

Internet en la traducción


Introducción

En el presente documento se pretende pasar revista a las posibilidades de explotación de Internet en el trabajo de traducción, y más específicamente en la traducción del inglés al español. No se efectuará, por lo tanto, una presentación general de Internet, ni particular de la World-Wide Web, ni, más particular aún, de los distintos navegadores. No obstante, sirva el siguiente párrafo, con todas sus imprecisiones técnicas y medias verdades, para dar una idea general del funcionamiento de la Red, útil sólo para el lector que realmente no sepa nada del asunto.
Digamos que ahí afuera hay un montón de ordenadores, dispersos por el mundo, que están interconectados. Estos ordenadores contienen información diversa. Sus responsables deciden poner parte de esta información a disposición de todo el que quiera consultarla. A tal efecto, constituyen en el espacio de almacenamiento del ordenador un sitio, en el que estructuran la información disponible de la manera que consideran más conveniente. La información accesible en el sitio está contenida en ficheros o archivos electrónicos y puede tratarse de textos, imágenes, programas, etc. Cada uno de esos archivos se ajusta a un formato común (el más usual HTML), lo cual facilita su visualización en la pantalla de un ordenador. Estos archivos suelen recibir el nombre de páginas, de manera que un sitio puede entenderse como un conjunto de una o más páginas. Tanto el sitio (o mejor, su portada o página inicial) como cada una de las páginas que contiene se identifican mediante una dirección electrónica (denominada URL). ¿Cómo accedemos nosotros, usuarios de PC, a esa información? En nuestro PC disponemos de un programa denominado navegador. Cuando lo ejecutamos, nos ofrece la posibilidad de indicarle una de esas direcciones de Internet. El cometido del navegador es, una vez que le hemos proporcionado la dirección deseada, ir a buscarla allí donde se encuentre, traerla a nuestro PC y, en el caso más frecuente, presentarla en pantalla. En esencia, así de sencillo es el proceso de comunicación a través de la WWW.
En cualquier caso, quienes deseen profundizar en los aspectos técnicos de Internet lo tienen fácil, ya que el tema sobre el que más información puede encontrarse en la Red es seguramente la propia Red. Cualquiera de los servicios de búsqueda existentes (véase más adelante) proporcionará una lista interminable de documentos de introducción general a Internet y la WWW. Sirva de ejemplo esta dirección, a la que, por ser el primer hiperenlace (o hipervínculo) que aparece en el presente documento, uniremos una advertencia básica, a saber, que todas las direcciones que en él figuran están comprobadas y tienen un mínimo de calidad, sin que ello signifique que sean las mejores. Tampoco son las únicas, pues lo que se ha pretendido es más bien ofrecer un conjunto compacto de buenas direcciones que puedan llevar a otras igualmente interesantes. Más concretamente, un buen sitio en inglés para iniciarse en la WWW es The ICYouSee Guide to the WWW. Citaremos además un par de sitios en español: Tutorial de Internet, introducción a la Red de Microsoft, y Aprende la red. También puede resultar interesante citar un par de diccionarios de Internet inglés-español, donde se podrá encontrar el significado de los (pocos) términos técnicos que puedan aparecer en este documento sin explicación: Glosario básico de Internet de la ATI, y Vocabulario de ordenadores e Internet de J. A. Millán (material aparecido en el Cyberp@ís).
 
Acaso sí convenga consignar que la expansión de la Red en los últimos años se explica en lo esencial, según la opinión más generalizada, por la aparición de la WWW, unida a la de browsers o navegadores (Netscape Navigator, Internet Explorer u otros) que facilitan el acceso a la misma. Lo que la WWW aporta de especial es:
  • el concepto de hipertexto, método de presentar información en el que algunas palabras del texto constituyen enlaces que llevan a otra información o a otro documento que puede estar en cualquier parte de la Red (un enlace suele aparecer en pantalla subrayado, y para dirigirse a la información a la que apunta basta hacer clic con el ratón sobre el enlace) 
  • una tecnología muy simple: sistema URL (Uniform Resource Locator) para denominar recursos de información, protocolo de comunicaciones HTTP (HyperText Transfer Protocol) y lenguaje de programación HTML (Hypertext Markup Language) para escribir las páginasweb
Actualmente, la WWW incorpora ya en realidad servicios de Internet más antiguos como Gopher o FTP. La fuente oficial de información sobre la historia y el desarrollo de la WWW es el World Wide Web Consortium, pero si se tiene en cuenta que esta tecnología nació en Europa, y más concretamente en el CERN, puede resultar recomendable visitar las páginas en las que este centro informa al público en general sobre esta CERN invention you are familiar with.
Internet, que por cierto está generando en los últimos tiempos un trabajo de traducción nada despreciable (traducción de sitios, "localización" de material informático, etc.), puede facilitar la actividad profesional del traductor de varias formas. Posiblemente la más obvia sea la utilización de la Red en la obtención y gestión de sus encargos. Así por ejemplo, gracias a uno de los servicios más populares de Internet, el correo electrónico, un traductor independiente puede entrar o mantenerse en contacto con sus clientes reales o potenciales y con las agencias de traducción. También es posible conocer las ofertas de trabajo realizadas electrónicamente por quienes tienen necesidad de encargar una traducción y, a la inversa, ofrecer los servicios propios por esta misma vía. Esto último puede conseguirse de varias maneras. La más simple es arreglárselas para que los datos del traductor figuren en el apartado correspondiente de los directorios generales, en alguno de los repertorios de traductores que existen en la Red (como Aquarius o ProZ a nivel internacional o TuSPAIN Translator's Guide) o en anillos (véase más adelante la explicación de todos estos conceptos) como Translators on the Web. Pero hoy en día el traductor puede, sin demasiado esfuerzo, dar un paso más y organizar su propio sitio en la WWW, ya que el trabajo y el coste que suponen su creación y mantenimiento resultan en este momento asumibles y existen numerosas herramientas de ayuda.
No obstante, una vez apuntadas todas estas posibilidades, procede precisar que este documento se centrará solamente en la descripción de la ayuda que Internet puede prestar en la actividad de traducción propiamente dicha, es decir, en Internet como fuente de información de utilidad para el traductor. Por este motivo, una vez expuestas en un primer apartado lasHerramientas de búsqueda de información en la Red, el documento se estructura en función de los ámbitos en los que parece más claro lo que dicha ayuda puede aportar: Documentación - Terminología - Colaboración.

Herramientas

El traductor precisa con frecuencia encontrar información tanto para documentarse sobre algún aspecto temático de su original, o más en general sobre la esfera del conocimiento a que éste se refiere, como para encontrar soluciones terminológicas concretas. Y esta información la necesita con rapidez y sobre temas que eventualmente pueden variar mucho de un encargo al siguiente. Estos dos requisitos, rapidez y diversidad, se avienen bastante con las características de Internet, lo que permite considerarla un recurso más del traductor. Sin embargo, conviene introducir aquí algunas matizaciones.
Por una parte, la rapidez es ciertamente una propiedad característica de las técnicas en línea, pero:
  • el proceso de buscar y administrar la información, es decir, convertirla en conocimientos, no resulta sencillo y puede consumir mucho tiempo (y dinero), problema al cual viene a sumarse el carácter adictivo que parece tener la Red para muchas personas y la lentitud y los bloqueos que padece en algunos momentos, en función del día y de la hora;
  • la aparente comodidad de la consulta en línea puede inducir al traductor a descuidar la consulta de los recursos tradicionales, psicológicamente más tediosa en la medida en que obliga a apartarse del PC, pese a que estos recursos ofrecen en muchos casos, al menos por el momento, mayores garantías.
Por otra parte, Internet contiene sin duda una masa ingente de información sobre muchos temas, y sobre todo información muy actualizada, que difícilmente aparecerá en las obras de consulta "clásicas" del traductor, pero:
  • tampoco la contiene en la misma proporción sobre todos ellos: así por ejemplo, parece que lo más fácil es encontrar información sobre la propia Internet, luego sobre informática en general y, después, sobre contenidos científico-técnicos o médicos;
  • es preciso saber extraer de esa masa, que se caracteriza por no estar estructurada, ser sumamente dinámica y hallarse en crecimiento permanente, la información precisa que interesa, problema al que viene a sumarse otro fundamental, como es el de la fiabilidad y aplicabilidad de la información encontrada, sobre el que se volverá más adelante.
Hechas estas salvedades, y supuesto que, conocedor de ellas, el traductor decide hacer uso de la Red, ¿cómo puede encontrar lo que busca? Hay que tener presente para empezar que, desde un punto de vista práctico y por regla general, al traductor no le interesará demasiado "navegar" por Internet, es decir, desplazarse de una página a otra siguiendo enlaces, sino que deseará encontrar una información concreta en el menor tiempo posible. No olvidemos que los navegadores clásicos tienen por cometido esencial traer a nuestro PC una página de información, pero corre de nuestra cuenta decirle qué página tiene que traer, es decir, saber dónde está la información que interesa. Es cierto que actualmente los dos navegadores más importantes llevan asociado un portal, Netcenter en el caso de Netscape y msn en el de Internet Explorer, que puede utilizarse como base de partida, entre otras muchas cosas, para efectuar búsquedas. En realidad, los portales se han convertido en el punto de entrada a la WWW básico para la mayor parte de los usuarios. Contienen multitud de ofertas accesibles desde su página principal: calendarios, salas de charla, tablones de anuncios, información sobre la bolsa, el tiempo, las últimas noticias, servicio de correo electrónico, telecompra, opciones de personalización, etc. Existen además multitud de portales, aparte de los ya citados, contándose también con versiones en español de los más populares a escala internacional y con otros puramente españoles o hispánicos como los bien conocidos Terra o Navegalia.
Sin embargo, desde el punto de vista de la obtención de información, al traductor le interesarán sobre todo dos familias de servicios que se ofrecen en la Red:
  • los directorios (también denominados catálogos, listas, repertorios, índices, buscadores por categorías, etc., y en ingléssubject indexesdirectories, etc.)
  • los motores de búsqueda (search engines).
Conviene señalar, no obstante, que aunque aquí efectuemos una distinción tajante para facilitar la exposición, la realidad es más compleja. Estos servicios se presentan a veces asociados e incluso se suelen ofrecer, como ya se ha señalado, a través de portales.
Si se desea tener desde el principio una visión de conjunto, Beaucoup y Colossus ofrecen listas con centenares de directorios y motores de todo tipo, clasificados por temas o por países, con la posibilidad añadida de acceder directamente a ellos.

Directorios

Los directorios son listas de enlaces a páginas de la Red ordenadas temáticamente por categorías. Normalmente estos directorios se recopilan y organizan "a mano", es decir que no es un programa informático el que los construye. En ocasiones, quienes los mantienen se encargan de buscar las buenas referencias, pero casi siempre son quienes disponen de un sitio los que se preocupan de darse a conocer. Un problema general de los directorios (que en realidad también lo es de los motores de búsqueda), sobre todo de los mantenidos de manera menos "profesional", es que, dado el enorme dinamismo de la Red, en ocasiones contienen un número elevado de "enlaces muertos", es decir, que apuntan a información que ha dejado de encontrarse en ese lugar. Además, si los mantienen particulares, éstos pueden dejar de actualizarlos en cualquier momento por las causas más diversas.
Intentaremos, para mayor claridad, distinguir varios tipos de directorio en función de sus características, por más que en la práctica resulte a veces difícil asignar un producto concreto a un tipo dado.

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